CRONICAS DE PLATANITO by Legacy Of Blood

Platanito amigos míos, era un bicho enano, que si bien ya tenia edad de estar “emplumado” (tener pelos en partes nobles del cuerpo), no lo estaba por ser desnutrido y padecer de lo que los curanderos de aquel tiempo denominaban “pechera crónica”. Nadie sabía la edad de Platanito mucho menos su nombre real, pero en el pueblo era conocido como “la cola de judas”. Era un niño que si le hubieran dado un colon por cada mala palabra que dijo, a estas alturas fuera más rico que el propio Carlos Slim.

Pues bien, un día Platanito que ya tenia “mates de hombre”, fijo su mirada sobre la Cachanflaca, una bicha de 16 años que tenia la experiencia sexual de cualquier puta del centro de 40 años, se las podía de todas todas. Sus clientes principales eran los bichos de pisto del pueblo, hijos de hacendados de la zona.

- Pues si maje, cual vas a querer hoy, la moto chocada, el avioncito, la Chicago, la tortuga o el abanico. – Pregunto la Cachanflaca a su cliente, un bicho de pisto.

- Hey esa del abanico no me la has hecho – respondió el cliente.

- Aaaay papayito, vos venite que te va a gustar.

Dicho esto se metieron al cuarto del mesón que tenia dispuesto la Cachanflaca para sus victimas, digo clientes.

- Puta. Bicha… yo no veo que de diferente estamos haciendo.

- Vos perate, ya te voy a enseñar el abanico.

Mientras el cliente seguía empujando con ganas, la Cachanflaca comenzó a bajar sus manos hasta las nalgas de su cliente y lentamente comenzo a meter uno de sus dedos en el ano de la victima.

- Hey… a mi esas ondas no me llegan... no le hago al barro.

- Calmado venado, es para que sintas rico vos también.

- Va pues… ta bueno.

Un par de minutos después la Cachanflaca metió uno de sus dedos de la otra mano nuevamente, y de manera rápida tiro de cada uno de sus dedos en sentidos opuesto.

- Aaaaaay Jueputa…- grito el cliente.

La Cachanflaca se mataba de risa mientras su cliente súper encabronado buscaba su ropa para largarse.

- Solo porque ya te pague bicha puta, no porque no te diera nada.

Platanito miraba con tristeza como una tras otro entraban los clientes al cuarto de la Cachanflaca, pero su tristeza no era porque sintiera algún tipo de amor hacia ella, su tristeza era por no tener pisto para echarse un palito con la Cachanflaca.

Una tarde del mes de febrero, en la casa comunal del pueblo, anunciaban por altoparlante el gran baile que se realizaría el fin de semana con motivo de las fiestas patronales en honor a san benito carmesta. Platanito pensó que esta era su oportunidad de convencer a la Cachanflaca.

- Hoy si me voy a echar un palitroque de a gratis.- Dijo para si Platanito.

Durante esa semana bolseo un promedio de 17 bolitos, pidió dinero en todos los buses que le fue posible mientras fingía que era mudo, ciego y cojo (para dar mas lastima y recibir mas dinero). Llegado el fin de semana Platanito tenía una buena cantidad de dinero, se compro un pantalón y una camisa en el mercado del pueblo y completo el traje con un par de botas de hule marca “colibrí” (de las que usa la mara del fovial para trabajar).

Llego la noche y platanito paseaba desesperado por la pista de baile.

- Chis! Ahora que me acuerdo, yo nunca he bailado… pero me pela, de todas formas lo que quiero es mojar el honguito.

En la lejanía diviso sentada a su deseada Cachanflaca, raudo se acerco para invitarla a bailar.

- Danzamos mamaita. – Dijo Platanito con la voz más varonil que le fue posible.

- No! Ahorita me duele los pies y me siento cansada. – exclamo la Cachanflaca.

A los pocos minutos la Cachanflaca estaba bailando con otro, mientras Platanito la miraba atónito. Espero pacientemente hasta que dejara de bailar y se acerco nuevamente.

- Bailamos mamaita linda.

- No ahorita estoy cansada, talvez mas tarde.

De nuevo al par de minutos, otro hombre estaba bailando música del genero “regrenchon” (es como el reggeton pero mas basura todavía) con la Cachanflaca.

Cada vez que la Cachanflaca se sentaba, platanito le pedía bailar, pero ella se negaba y decidía bailar con otro que no fuera tan feo y acabado como él.

- Bicha puta, hoy si te vas a joder. – Dijo Platanito, mientras furioso salía de la pista de baile.

Rápido se dirigió hacia un matorral cercano y se dispuso a efectuar la defecación mas grande que le fue posible, aquello tenía un hedor exagerado y ni hablar del color, aquello parecía un arco iris, tenia de todos los colores imaginados, era como una cagada camuflajeada, una cagada camaleónica que cambiaba de color al verla desde distinto ángulo. Platanito tomo la rama delgada de un árbol y la embarro en su preciada obra cuidando que quedara bien barnizada. Entro de nuevo a la pista de baile y con cuidado se dirigió cerca de donde la Cachanflaca estaba bailando una canción pegada con un bicho de pisto. Pasando a lado de ella embarro con cuidado la ramita en el largo vestido de la Cachanflaca, luego se retiro a una esquina para poder ver los resultados de su obra. Unos instantes después comenzó el bullicio, todos se quejaban de un horrible hedor a excremento, los hombres se revisaban las suelas de los zapatos para ver si no habían pateado un regalito, el hedor se propago por todo el salón de baile hasta que fue imposible continuar; las luces del salón se encendieron y todos se miraban entre si buscando un culpable.

- Mira… si es la Cachanflaca que ya no soca y se hizo sin sentir… - Grito uno de los bailarines mientras todos fijaban su mirada en la Cachanflaca.

Se oyeron carcajadas al unísono, la Cachanflaca salio corriendo del baile y Platanito riéndose, saco a bailar a una bicha “cholca” (sin dientes) a la que nadie había hecho caso en toda la noche.

- De sapo para arriba, todo es cacería – Se dijo Platanito mientras le agarraba las nalgas a la “cholca”